miércoles, 19 de septiembre de 2007

VII° Encuentro (18/09/07) y variaciones en la planificación futura

Informe del 7° encuentro

18.09.07

Durante las dos primeras horas, dado la cantidad de personas presentes (alrededor de 30), decidimos conformar un solo grupo para trabajar en torno al eje acordado durante el encuentro anterior. Tal como lo planeamos, discutimos los textos propuestos en relación a la desaparición física de personas abordando la figura del desaparecido desde la dialéctica amo-esclavo y la aniquilación absoluta del otro.

Las segundas dos horas trabajamos nuevamente en plenario, al cual se incorporaron al menos dos compañeros que habían ido a la marcha, y continuamos con la discusión iniciada durante las dos primeras horas. Esto en cuanto a cuestiones de forma o dinámica. Dejo a otrxs, que quieran/puedan, el envío de algún resumen acerca del contenido discutido.

Durante el encuentro se precisaron algunas otras cuestiones que paso a detallar.

1) Reorganización de los próximos encuentros:

Según la planificación elaborada, las próximas reuniones comenzaríamos con un plenario general cuyo fin sería la breve “exposición”, a cargo de un grupo, del texto acordado para dicho encuentro. Decidimos realizar un cambio de dinámicas para los próximos encuentros teniendo en cuenta las siguientes razones: a) se comentó, en más de una ocasión, que las reuniones resultan más enriquecedores si comenzamos las dos primeras horas con trabajo en grupos para luego pasar, durante las dos segundas horas, al plenario, b) las exposiciones grupales que se dieron en los encuentros anteriores resultaron poco satisfactorias.

La propuesta de trabajo para las próximas reuniones es la siguiente:

Unidad III


8º encuentro (25 de septiembre)

Primera parte (2 horas): Trabajo en grupos con la bibliografía propuesta tendiendo en cuenta los ejes que figuran en el programa. Nos centraremos en la sub-unidad «La ‹inversión› de la dialéctica» y trabajaremos especialmente con la siguiente bibliografía:

—Feuerbach, Ludwig. La esencia del cristianismo, trad. Franz Huber, Buenos Aires, Claridad, 2006, Prólogo a la primera edición y caps. I y II.

—Engels, Friedrich. Ludwig Feuerbach y el fin de la Filosofía clásica alemana, Buenos Aires, Editorial Ateneo, 1975.

Segunda parte (2 horas): Plenario general para continuar con la discusión iniciada durante las dos primeras horas.

9º encuentro (2 de octubre)

Primera parte (2 horas): Trabajo en grupos teniendo en cuenta las sub-unidades «Alienación» y «El concepto de ‹Superación› (Aufhebung)». Trabajaremos especialmente con la siguiente bibliografía:

—Marx, Karl. Manuscritos económico- filosóficos de 1844, Buenos Aires, Colihue, 2004, pp. 104-121; 185-212; 138-155.

Segunda parte (2 horas): Plenario general para continuar con la discusión iniciada durante las dos primeras horas en torno a las sub-unidades temático-bibliográfica propuestas.


10 º encuentro (9 de octubre)

Primera parte (2 horas): Trabajo en grupo teniendo en cuenta la sub-unidad «Teoría y Praxis. Qué organización para qué sociedad». Trabajaremos especialmente con la siguiente bibliografía:

Marx, Karl. Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, trad. Analía Melgar, Buenos Aires, Ediciones del signo, 2005, pp. 49-73.

—Hegel, Georg W. F., Principios de la Filosofía del derecho, trad. Juan Luis Vermal, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, «Prefacio», 2004, pp. 9-21.

Marx, Karl. La cuestión judía, trad. H. B. Delio, Buenos Aires, Quadrata, 2003, pp. 25-63.


Segunda parte (2 horas): Plenario general para continuar con la discusión iniciada durante las dos primeras horas en torno a la sub-unidad temático-bibliográfica propuesta.


2) Reuniones organizativas y socialización de la experiencia:


Al margen de la cursada del seminario se están llevando a cabo reuniones organizativas del seminario mismo. El propósito de estas reuniones es el de planificar mínimamente los encuentros y resolver cuestiones tales como: la presentación de la carta solicitando la inscripción de los no inscriptos, la firma del libro de actas, garantizar que toda la bibliografía propuesta se encuentre en las fotocopiadoras, etc. Estas reuniones tienen lugar todos los martes a las 18hs. en la sala de profesores.

A su vez, quienes presentamos el seminario, nos vimos en la necesidad de acordar un espacio de reunión no ya para resolver cuestiones administrativas, sino más bien para hacer un balance general acerca del seminario, es decir, compartir puntos de vista acerca de cómo nos parece que se está llevando a cabo la experiencia. Estas reuniones las hacemos mensualmente. Ya tuvimos un primer encuentro el domingo 16.09.07 y acordamos volver a reunirnos el domingo 28.10.07 a las 19hs.

La intención de quienes ya nos venimos juntando es la de abrir estas reuniones al resto de las personas que se encuentran cursando el seminario. Esta intención está dada, de una parte, porque consideramos que estas instancias hacen al seminario mismo y nos parece deseable que de ellas participen la mayor cantidad posible de compañerxs; de otra parte, porque nos parece que uno de los objetivos del seminario es hacer posible que experiencias como éstas se sigan llevando a cabo en otros espacios y en otros tiempos. Por este motivo, consideramos que es imprescindible tanto la socialización de la experiencia de organización del seminario como la apertura de los espacios de reflexión acerca de esta experiencia que estamos llevando a cabo.


3) Evaluación:

Discutimos brevemente acerca de la instancia de evaluación. En realidad nos limitamos a poner en común el modo en que se han llevado a cabo las evaluaciones en el marco de otros seminarios colectivos. Con esto quiero decir que aún no resolvimos nada al respecto, antes bien, decidimos dedicar alguno de los encuentros futuros para terminar de ajustar estas cuestiones. El tema de la evaluación fue puesto de manifiesto porque hay compañerxs que, por diferentes motivos, necesitan tener aprobado el seminario lo antes posible.

Un caso puntual es el de Gavin, quien tiene que volver a EEUU en el mes de diciembre. Dado que el seminario contempla la posibilidad de realizar el trabajo monográfico final de manera colectiva, Gavin tiene interés en hacer la monografía con otrx/s. Por eso, si alguien se encuentra en la misma situación puede contactarse con él. El mail del compañero es: gma@cornell.edu

En cuanto al contenido de la monografía, en principio, la propuesta es que la misma gire en torno al problema que plantea el seminario, es decir, la permeabilidad de la producción de pensamiento respecto de las condiciones sociales en las que esta producción se encuentra inserta.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

VI° Encuentro (11/09/07)

1. Información general (pedido de inscripción, bibliografía para el seminario).
2. Breve racconto de lo acontecido en el VIº encuentro del seminario y propuesta para el VIIº encuentro (18 de septiembre).
3. Algunos temas que quedaron pendientes.


1.
Pedido de inscripción. Antes del fin de semana entregaremos por mesa de entrada la carta en la que pedimos la inscripción al seminario de aquellas/os que no están inscriptas/os. Las chances de que la gestión acepte el pedido son poquísimas. Veremos qué ocurre.

Bibliografía. Ya está publicada en el CeFyL toda la bibliografía que figura en el programa. Ídem Gambito. Un compañero de antropo, Daniel, dejó en ambas apunterías el capítulo que el libro de Adolfo Carpio Principios de filosofía le dedica a Hegel. Este capítulo es una buena aproximación, muy didáctica, al sistema hegeliano en general, pero habla poco de la Fenomenología y nada de la dialéctica del señor y el siervo. En cambio, el texto de Alexandre Kojève «A modo de introducción», de su libro La Dialéctica del Amo y el Esclavo en Hegel, se centra casi exclusivamente en las páginas de la Fenomenología que tenemos como bibliografía específica, a la vez que resulta muy claro y ameno. Este texto figura como bibliografía optativa para la segunda unidad del programa.

Respecto del libro de Sánchez Vázquez, ya conseguimos que la profesora Patricia Dip nos lo prestara para fotocopiarlo entero. El problema es que Patricia y los compañeros que la contactaron están en San Miguel de Tucumán, en el congreso nacional de filosofía. Así que en cuanto regresen dejaremos el libro en los centros de distribución.
Otra cosa digna de mención es un material que figura como bibliografía optativa para la primera unidad: El conflicto de las facultades. Este cuaderno de intervención militante es resultado de un año de trabajo entre estudiantes y graduados de filosofía, sociología y antropología. El conflicto de las facultades es un esfuerzo por pensar por qué los conflictos universitarios tienen las características que tienen y cómo se podría interrumpir la eterna repetición de esas características. Este cuaderno, muy pertinente para la discusión que tuvimos el martes pasado y para las que están por venir, está en el CeFyL y en Gambito.


2.

Según lo acordado en el Vº encuentro (4 de septiembre), el VIº continuaría trabajando en grupos pequeños con las páginas de la Fenomenología del Espíritu que figuran en el programa, más los parágrafos dedicados a «La autoconciencia que reconoce» en la Enciclopedia de las ciencias filosóficas. Pero, en el marco de la semana de paro convocada por la gremial docente, colocamos directamente los bancos en círculo y comenzamos el seminario en forma plenaria para resolver, colectiva y horizontalmente, qué hacer. No repondré aquí todas las posiciones esgrimidas, aunque invito a otras/os a hacerlo. Sólo diré, de manera esquemática, que las posiciones manifestadas se encontraban en los grises entre el extremo de levantar inmediatamente el seminario para hacer una clase pública en la calle Puán y el extremo de desarrollar el seminario tal cual estaba pautado en el programa y en la planificación. Las posiciones, todas sostenidas en buenas razones y pronunciadas con mucho respeto hacia el resto de las/os compañeras/os, trataron de aportar a una inteligencia colectiva que diera cuenta de la complejidad de la situación en la que estábamos... y seguiremos estando, porque la problemática insiste e insistirá en cada encuentro: sin ir más lejos, el martes que viene se cumplirá un año de la desaparición de Julio López. La marcha de reclamo por la aparición con vida de López está convocada a las 17:30. Las propuestas que, durante la segunda parte del seminario, se pronunciaron acerca de qué hacer el martes que viene pueden ser sintetizadas en cuatro. Viendo que eran las 23:00, pasamos a votar las propuestas a mano alzada y la mayoría favoreció la propuesta iv, que está resaltada en negrita:

i) Que no haya seminario.
ii) Que sí haya seminario.
iii) Que el seminario comience a las 20:00, para que quienes vayamos a la marcha podamos reincorporarnos desde el inicio.
iv) Que el seminario dedique el próximo encuentro a pensar la desaparición física de personas en relación a la aniquilación absoluta del otro (o pura negación) desarrollada en los textos de Hegel que venimos estudiando hasta ahora. Para ello trabajaríamos de 19:00 a 21:00, en aula de costumbre, en vísperas de la llegada de quienes vayamos a la marcha. De 21:00 a 23:00, con la incorporación de las/os compañeras/os que hayamos participado en la marcha, realizaríamos un plenario de discusión en torno al mismo problema y teniendo en cuenta los mismos textos. A propósito de los textos, recuerdo:

–La selección que hicimos de la Fenomenología, «Parte B. Autoconciencia». Mi sugerencia es que, para el problema que nos convoca, nos centremos en las páginas que van desde «A. INDEPENDENCIA Y SUJECIÓN DE LA AUTOCONCIENCIA; SEÑORÍO Y SERVIDUMBRE» (p. 113), hasta el final de la selección (p. 121).

–Las páginas de la Enciclopedia de las ciencias filosóficas intituladas «La autoconciencia que reconoce», que son un resumen del propio Hegel a la problemática de la Fenomenología que estamos viendo (un resumen mucho más claro que el texto de la Fenomenología).

–Por último, reitero la sugerencia de examinar las páginas de Kojève. Considero que son de gran ayuda tanto para elucidar el texto de Hegel como para aportar a la discusión que tendremos el martes próximo. (Eso sí, tengamos en cuenta que la lectura de Kojève tiene, implícitamente, componentes de Heidegger y de Marx que tal vez fuerzan demasiado la letra del texto hegeliano.)
Termino este breve racconto destacando que, por lo menos, la mitad de las/os compañeras/os que hablaron en plenario no habían hablado hasta entonces. Saludo este cambio.
3.

Tenemos que determinar un criterio mínimo, lo más general posible, para próximas situaciones de «anormalidad» (paros, marchas, cierre de la facultad, etc.), teniendo en cuenta que cualquier determinación que tomemos recibirá aprobaciones y rechazos.
Tenemos que determinar cómo continúa nuestra cursada, teniendo en cuenta que la propuesta original y «abstracta» del seminario está cobrando sus «determinaciones concretas», sus modificaciones actuales, en su proceso de desenvolvimiento real.

martes, 11 de septiembre de 2007

IV° Encuentro (4/9)

1. En el grupo que fue a otra aula a trabajar éramos 9 (7 de filo, 1 de antropo, 1 de comunicación). Comenzamos aclarando las dudas en torno a ciertas cuestiones básicas del pensamiento hegeliano que aparecían en el texto y trababan la lectura. Después iniciamos la lectura «de atrás para adelante», siguiendo la sugerencia del colectivo impulsor que circuló vía mail. Lo que haré será transcribir las discusiones que mantuvimos, pero sin respetar del todo el orden en que se desarrollaron, sin restringirme a las páginas que leímos y sin abstenerme de agregar otras cosas.

2. De las dudas que surgieron al comienzo relevo dos: a) qué es la «superación» o Aufhebung; b) cómo se da el proceso de «la autoconciencia duplicada». Desarrollaré sólo el primer punto porque es más importante su comprensión para la cursada (es un ítem del programa) que la del proceso de duplicación de la autoconciencia. Aprovecho para enfatizar que nuestra apuesta teórico-práctica gira en torno a la posibilidad de que ciertos textos nos ayuden a pensar ciertos problemas y no en torno a la posibilidad de comprender cabalmente a ciertos autores.

a) Qué es la «superación» o Aufhebung. Para entender qué es la superación o Aufhebung usamos como ejemplo la dupla «profesor» y «alumno» para, después, definir el concepto de superación. Profesor y alumno se oponen entre sí: uno sabe, el otro ignora; uno habla, el otro escucha; uno enseña, el otro aprende; uno está parado (erguido), el otro sentado (sumiso); uno es activo, el otro pasivo; etc. Pero esta oposición entre profesor y alumno surge por haber separado a ambos del Todo, es decir, por haber aislado a la dupla profesor/alumno de la realidad concreta (que es el Todo). No se entiende la relación entre profesor y alumno si no arribamos al conocimiento del «aula» como tercer momento: el aula es la figura (Gestalt) que nos da una comprensión más acabada y armónica de lo que antes considerábamos mera oposición entre profesor y alumno. En otras palabras, la verdad del profesor y la verdad del alumno es el aula, no la oposición. Esa oposición debe necesariamente ser eliminada elevando nuestro conocimiento de lo que sucede entre profesor y alumno: esa elevación que elimina la oposición arribando a una figura del pensamiento que contiene las diferencias entre profesor y alumno, pero ahora inscriptas en una visión más abarcadora de la realidad, es la superación o Aufhebung (que en alemán significa algo así como «eliminar» y «elevar»). La conciencia del aula como figura o momento superador nos hace saber más del profesor y del alumno, lo que para el idealismo significa también que el ser del profesor y el ser del alumno son más ricos, más concretos, más determinados: para el idealismo, ser y pensar se identifican, de manera que cuanta más conciencia tenemos de algo en su relación con el Todo, más realidad tienen este Todo, ese algo y aquella conciencia. El aula es entonces la superación, la Aufhebung, del dualismo profesor/alumno. Por supuesto que este análisis debería, necesariamente, continuar: el aula sigue siendo algo separado de la totalidad, algo aislado del todo real. Tomar el aula así, por sí sola, para comprenderla, es como querer comprender una palabra sin tener en cuenta el idioma en el que se inscribe esa palabra. Por lo que el aula como momento de lo real (o, lo que es idéntico: nuestro conocimiento del aula, nuestra conciencia o pensamiento) es abstracto, incompleto, pobre. El aula, que era la verdad de la relación profesor/alumno, ahora resulta que no es verdadera, porque, aislada de su entorno universitario, no puede dar cuenta de su realidad y se aniquila a sí misma. He aquí la contradicción del aula que debe ser superada por la figura (o momento) de la «universidad». La universidad elimina y eleva la contradicción del aula, conteniendo sus momentos anteriores: el profesor, el alumno y el aula, son ahora más ricos, más concretos, más determinados, más reales, más verdaderos. Dicho de otro modo, el alumno ahora sabe (piensa, tiene conciencia de, comprende) que su realidad es más rica de lo que creía en un primer momento; ahora la figura del alumno incluye los momentos constitutivos que antes no podía pensar: el profesor, el aula, la universidad. El alumno está constituido por las relaciones que manifiestan esas otras figuras: el alumno es esa estructura orgánica de relaciones alumno-profesor-aula-universidad. El incremento de la conciencia (en el plano del pensamiento) que el alumno tiene de sus determinaciones (en el plano del ser), incrementa la riqueza de su realidad: cuanto más (se) sabe, más es.

3. Si bien pasamos un buen rato leyendo y comentando los párrafos que van desde [1. La autoconciencia duplicada], pasamos la mayor parte del tiempo trabajando [3. Señor y siervo]. Aquí nos entusiasmamos mucho. Paso a puntear lo que recuerdo, colocando entre paréntesis el número de página de donde extraigo la cita (de la edición Fondo de Cultura, que es la que dejamos en las fotocopiadoras).

a) Hay tres términos o entidades a tener en cuenta en todo el juego de la dialéctica entre señorío y servidumbre: el señor, el siervo y la cosa (la materialidad). La figura del señor se dice de muchas maneras: «conciencia para sí», «autoconciencia» o «conciencia independiente». La figura del siervo también tiene sinónimos: «conciencia servil», lo «no esencial» o «inesencial», «conciencia dependiente». Finalmente, la cosa es llamada también «el ser independiente».

b) En [2. La lucha de las autoconciencias contrapuestas] se narra el proceso en el que dos autoconciencias arriesgan su vida en la lucha a muerte. ¿Por qué luchan? Por el reconocimiento. Esto es importante, porque si bien hay una cosa que el siervo trabaja para que el señor consuma, las autoconciencias no luchan por la cosa, sino por el reconocimiento, es decir, por lograr que una autoconciencia reconozca a la otra, imponiéndosele. Por eso luchan y, hasta el momento de la lucha, las dos autoconciencias están igualadas, no hay una que someta a la otra, no hay señor y siervo todavía. Señor y siervo son resultados de la lucha, porque, en la lucha, una de las dos autoconciencias tiene temor de perder la vida y quiere conservarla; mientras que la otra autoconciencia no teme morir, ni siquiera piensa en la muerte, sólo piensa en saciar su deseo de reconocimiento. En la primera autoconciencia, la que teme morir, el deseo de vida es más fuerte que el deseo de reconocimiento. Para la segunda autoconciencia, la que podríamos llamar «valiente», el deseo de reconocimiento es más poderoso que el deseo de vivir. Así la autoconciencia que teme morir se somete a la otra autoconciencia (la que no tuvo miedo). El temor entonces es constitutivo de la conciencia servil o, dicho de otra manera, la figura de la dependencia surge del temor a perder la vida. A partir de ahora el señor es para sí (conciencia independiente), mientras que el siervo es para otro (conciencia dependiente).

c) La cosa es el objeto del deseo (apetencia) del señor, algo a consumir, a destruir, a negar. Por eso la cosa «sólo vale para él como algo negativo» (118, cuarto renglón), como algo aniquilar. Mientras que para el siervo la cosa pertenece al señor, la cosa es un «ser independiente» del siervo. Pero el señor no consume directamente la cosa, sino que la consume trabajada por el siervo. El siervo está obligado a trabajar la cosa (ese «ser independiente») y entregársela al señor. La cosa es la cadena del siervo (117, último renglón), el siervo está sometido a la cosa, entregado a la cosa, «librado» al trabajo de la cosa: «por ella [por la cosa] se demuestra [el siervo] como independiente, como algo que tiene su independencia en la coseidad» (118, primer renglón). Es decir, el siervo no es independiente, pero sí es independiente la cosa con la que el siervo se relaciona. Claro que la cosa no es «conciencia independiente», sino mero ser independiente sin conciencia, mera cosa natural. Por eso la independencia del siervo es coseidad. En otras palabras, el siervo no tiene independencia propia, sino que su independencia es la de la cosa.

Así, el señor se relaciona con el siervo por medio de la cosa, es decir, la relación del señor y el siervo está mediada por la cosa. Pero esta relación es asimétrica: el señor es potencia (tiene poder) sobre la cosa (el ser independiente) y la cosa es potencia colocada sobre el siervo. De ahí sale el «silogismo» del que habla Hegel (118, sexto renglón): el señor domina la cosa; la cosa domina al siervo; por lo tanto, el señor domina al siervo. «Y, asimismo, el señor se relaciona con la cosa de un modo mediato, por medio del siervo» (188, séptimo renglón), o sea, que entre el señor y la cosa está el siervo (que trabaja), así como vimos que entre el señor y el siervo está la cosa (que es trabajada).

Tenemos, entonces, esos dos momentos: señor-cosa(trabajada)-siervo y señor-siervo(trabajador)-cosa. «En estos dos momentos deviene para el señor su ser reconocido por medio de otra conciencia» (118, segundo párrafo), o sea, en los dos momentos el señor obtiene el reconocimiento de la otra conciencia, la que devino servil como resultado de la lucha. Y la cita continúa: «pues ésta [la conciencia servil] se pone en ellos como algo no esencial, de una parte en la transformación de la cosa y, de otra parte, en la dependencia con respecto a una determinada existencia». Parafraseemos: la conciencia servil se ubica a sí misma como no esencial, esto es, como impotente: de una parte, el siervo no puede consumir la cosa, no puede destruirla, no puede negarla absolutamente, sólo la transforma para que la consuma (destruya, niegue absolutamente) el señor. Y, de otra parte, el siervo depende del señor, en el sentido de que la vida del siervo está en manos del señor, que se la perdonó en la lucha a muerte.

d) Retomemos el primer párrafo de la p. 118:

el señor es la potencia sobre este ser [la cosa], pues ha demostrado en la lucha que sólo vale para él como algo negativo [...] el siervo, como autoconciencia en general, se relaciona también de un modo negativo con la cosa y la supera; pero, al mismo tiempo, la cosa es para él algo independiente, por lo cual no puede consumar su destrucción por medio de su negación, sino que se limita a transformarla.

El siervo «se relaciona de un modo negativo con la cosa» quiere decir que el siervo niega la cosa tal cual es originariamente, tal cual está en estado bruto, natural. Cuando el siervo trabaja la cosa, la transforma, la arranca de su estado natural, esto es, niega el ser bruto de la cosa. Y «la supera» pues la cosa, gracias al trabajo del siervo, va más allá de lo que era en su ser natural, bruto, originario. Pero, al mismo tiempo, la cosa es para el siervo algo independiente en tanto esa cosa le pertenece al señor. De manera que el siervo no puede «consumar la destrucción» de la cosa, no la puede consumir, no la puede negar de la misma manera que la niega el señor. Por lo tanto, el siervo se limita a transformarla, a trabajarla, a darle forma, a «formatearla». Prosigue la cita:

Por el contrario, a través de esta mediación [el siervo puesto en medio del señor y la cosa] la relación inmediata se convierte, para el señor, en la pura negación de la misma o en el goce, lo que la apetencia no lograra lo logra él: acabar con aquello y encontrar satisfacción en el goce.

El señor obtiene la cosa ya trabajada (negada, mediada) por el siervo, por eso puede relacionarse de manera inmediata con la cosa en el puro consumo, en la pura negación, en el puro goce. El señor sólo goza la cosa, la recibe, digamos, pasivamente: la actividad está del lado del siervo, que crea el objeto de consumo del señor. El señor es pasivo y el siervo es activo; el señor recibe y el siervo da; el señor es para sí (conciencia independiente) y el siervo es para otro (conciencia dependiente). Lo que la apetencia (el deseo) no lograra antes (gozar inmediatamente la cosa), ahora lo logra gracias a la mediación de la conciencia servil. ¿Y por qué la apetencia no lograba la pura negación de la cosa?

La apetencia no podía lograr esto a causa de la independencia de la cosa; en cambio, el señor, que ha intercalado al siervo entre la cosa y él, no hace con ello más que unirse a la dependencia de la cosa y gozarla puramente; pero abandona el lado de la independencia de la cosa al siervo, que la transforma.

Al ser la cosa un ser independiente (materia bruta, natural, originaria) que requiere trabajo para su consumo, el señor no tenía acceso a ella. Pero ahora que intercaló al siervo entre la cosa y él, el señor puede unirse a la dependencia de la cosa, es decir, el señor puede ahora depender de la cosa, someterse a ella, relacionarse con la cosa por puro goce. «Pero abandona el lado de la independencia de la cosa al siervo, que la transforma»: el señor se relaciona con el lado de la dependencia de la cosa (el lado del consumo), pero al precio de dejarle al siervo el lado de la independencia de la cosa (el lado del trabajo). Esto le costará el pellejo al señor, cuando el siervo descubra en el trabajo que también es autoconciencia. Pero no nos adelantemos.

e) En la página 119 comienza el párrafo intitulado [b) El temor]. Aquí se toma la perspectiva de la conciencia servil para explicar cómo nace, es decir, para explicar el momento de la lucha a muerte en el que una de las dos autoconciencias «va para atrás», digamos, y se somete a la otra. Ocurre que la conciencia siente angustia, que no es un temor por alguna cosa puntual, sino un temor a perder la vida, un temor a la muerte. Esta angustia «la ha hecho temblar en sí misma y ha hecho estremecerse cuanto había en ella de fijo»: la conciencia que siente angustia ante la muerte se abisma en su propia disolución, en la «fluidificación absoluta de toda subsistencia», es decir, se niega absolutamente como autoconciencia y pone la esencia del lado de la otra autoconciencia: el siervo deviene inesencial (impotente), mientras el señor deviene esencial (poderoso). Recordemos que más arriba hablamos de dos momentos: 1) señor-cosa(trabajada)-siervo y 2) señor-siervo(trabajador)-cosa. En 1) el señor se relaciona con el siervo mediante la cosa y en 2) el señor se relaciona con la cosa mediante el siervo. Ahora podríamos completar: 3) siervo-cosa(a trabajar)-señor y 4) siervo-(miedo al)señor-cosa. En 3) el siervo se relaciona con el señor mediante la cosa que debe transformar (negar parcialmente) y en 4) el siervo se relaciona con la cosa mediante el miedo a morir que siente ante el señor.

f) Digamos, rápidamente, que el temor le permite al siervo la distancia necesaria entre él y la cosa como para poder trabajarla. Esa distancia es lo que llamamos «independencia»: el siervo le tiene miedo al señor, la cosa es del señor, así que el siervo «se limita a transformarla» para el señor. El miedo, entonces, le impide al siervo consumir (destruir) la cosa, satisfacer su apetencia en ella: «El trabajo [...] es apetencia reprimida, desaparición contenida» (120, primer párrafo). Gracias al miedo, el siervo reprime su apetencia, contiene su goce, y esta continencia le permite fijar algo en la cosa: el trabajo niega la forma bruta de la cosa y supera esa forma bruta llevándola más allá de esa forma bruta: el trabajo trans-forma la cosa. Dicho de otro modo, la actividad laboral del siervo (el siervo, como dijimos, es el lado «activo» de todo este juego dialéctico) pone en la cosa una forma fija, introduce en la realidad el elemento de la permanencia. Sólo reteniendo su goce podía el siervo crear algo permanente, poner en el ser de la cosa una firmeza, una estabilidad: el producto del trabajo.

La relación negativa con el objeto se convierte en forma de éste y en algo permanente, precisamente porque ante el trabajador el objeto tiene independencia. Este término medio negativo [el trabajo] o la acción formativa es, al mismo tiempo, la singularidad o el puro ser para sí de la conciencia, que ahora se manifiesta en el trabajo fuera de sí y pasa al elemento de la permanencia; la conciencia que trabaja llega, pues, de este modo a la intuición del ser independiente como de sí misma. (120, primer párrafo)

La singularidad es ese momento positivo del trabajo, lo que sale del siervo y es puesto en la cosa. ¿Y qué es lo que sale del siervo? La «fluidificación absoluta de toda subsistencia»: su miedo a la muerte. La retención de la apetencia le permite al siervo sacar fuera de sí su puro ser para sí (ver p. 119, séptimo renglón contando de abajo hacia arriba) y convertirlo en producto del trabajo. Pero hasta aquí tenemos el lado positivo del trabajo:

Ahora bien, la formación [el trabajo] no tiene solamente esta significación positiva de que, gracias a ella [a la actividad laboral], la conciencia servidora se convierte, como puro ser para sí, en lo que es, sino que tiene también una significación negativa con respecto a su primer momento, al temor. (120, segundo párrafo)

De manera que el trabajo tiene un momento positivo que va del temor interior a la creación de algo permanente; y un momento negativo que va de esa creación hacia el temor. El temor, que no es otra cosa que el temor al señor:

este algo objetivamente negativo es precisamente la esencia extraña ante la que temblaba. Pero, ahora destruye este algo negativo extraño, se pone en cuanto tal en el elemento de lo permanente y se convierte de este modo en algo para sí mismo, en algo que es para sí. (ídem)

El siervo (conciencia dependiente), que era para otro (para el señor), pasa ahora a ser para sí mismo. Pero no hay manera de llegar a esta instancia sin haber pasado por el temor, la servidumbre y el trabajo.

Sinteticemos: en un primer momento, tenemos la lucha a muerte de las autoconciencias contrapuestas. Como resultado de esta lucha, en un segundo momento, el señor niega al siervo (no lo reconoce). En un tercer momento, el siervo se reconoce en el trabajo y niega al señor. Hemos arribado a otro momento de lucha (a muerte) que obtendrá su superación en el texto que nos toca para el encuentro siguiente.

viernes, 24 de agosto de 2007

Para el IV° Encuentro (28/8)

Según la planificación que nos dimos, el próximo encuentro del seminario estaría organizado del siguiente modo:

1. La primera parte (de 19:00 a 21:00) estaría, a su vez, dividida en dos partes que llamaremos a y b:

  • a) Trabajaremos en forma plenaria para la recapitulación de la primera unidad del programa («Dialéctica entre los procesos inmateriales y los procesos materiales»). Los ejes y subejes temáticos a tener en cuenta son los que figuran en el programa. La bibliografía a tener en cuenta es la que trabajamos hasta ahora («El problema de la filosofía hoy día», de Francois Chatelet; La Carrera de Filosofía y sus tareas de legitimación, de Estudiantes de la carrera de filosofía; Hegel y Haití, de Susan Buck-Morrs).
  • b) Trabajaremos en forma plenaria para la autoevaluación colectiva del funcionamiento del seminario hasta el momento. Los materiales a tener en cuenta son las inquietudes, los problemas, las propuestas y las preguntas que nos haya suscitado la experiencia hasta ahora, tanto en relación a las dinámicas adoptadas y las maneras en que las desarrollamos como en relación a los contenidos propuestos y los modos en que los abordamos. También se incluye aquí un informe de lo actuado administrativamente y todo eso que no podemos anticipar dada nuestra finitud.

2. En la segunda parte
(de 21:15 a 23:00) trabajaremos también en forma plenaria, pero para realizar una introducción a la segunda unidad del programa, que intitulamos «Dialéctica del Espíritu». Como este tema es particularmente escabroso, y aprovechando que no hay lecturas «obligatorias» para este cuarto encuentro, les sugerimos empezar a leer Fenomenología del Espíritu (trad. W. Roces, México, FCE, «Parte B. Autoconciencia») y llevar leídos los ejes y subejes temáticos que figuran en el programa como contenido de la unidad en cuestión (esto es para «anticipar» la unidad en su universalidad abstracta). Hay manuales y otras lecturas complementarias que señalaremos en esta parte del encuentro, pero más temprano que tarde tendremos que hacer la experiencia directa con ese texto de Hegel.

jueves, 23 de agosto de 2007

III° Encuentro (21/8)

Apuntes sobre lo discutido en uno de los grupos el 21/8:

Comenzamos tratando de sistematizar el texto de dos maneras (tal como lo presenta Susan en los primeros capítulos):

1- Todo lo referente a la vinculación entre la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel con la revuelta de Haití.

2- Crítica a la reproductibilidad de los discursos disciplinarios en la academia. Es decir, los discursos siempre remiten a otro al interior de una misma disciplina provocando que la contra-evidencia permanezca siempre a la historia de «otro».

Luego de esto vino una vinculación entre Susan Buck-morss y Benjamin. Algunos denunciaban esta vinculación planteando que se recuperaba la idea de una cierta santidad o prejuicio positivo respecto de los vencidos, otros, justamente por esto, reinvindicaban esta (supuesta) vertiente benjaminiana. Benajaminianos y contrabenjaminianos, repongan aquí a qué se referían porque mis notas son nulas en este punto.

Una pregunta reiterada que le hicimos al texto de Susan consistía en pensar si Susan no caía víctima del mismo dispositivo que denunciaba. Es decir, denuncia una organización de la vida académica que remite siempre de un discurso a otro y ella, sin embargo, parece hacer lo mismo, remitiendo la fundamentación de sus tesis a discursos de genealogía histórica. Contrapunto que surgió en este sentido: una compañera, creo, dijo que al fundamentar sus tesis filosóficas mediante una investigación histórica, mediante discursos históricos, lo que hacía Susan era justamente tratar de romper con la división en disciplinas que impidió a los especialistas vincular la dialéctica del amo y el esclavo con los sucesos de Haití.

Otro posición que surgió en el grupo fue decir que, incluso desde la posición de Susan, el problema no parece ser el de la división en disciplinas. Es decir, en la medida en que se denuncia que tanto Locke como Hobbes por ejemplo, no desconocían la existencia de trabajo esclavo y, en ese sentido, no se desconocía la contradicción entre las posturas políticas iluministas, apologéticas de la libertad de base de todo el género humano y su sustento económico mediante el trabajo esclavo, la cuestión era preguntarse por qué no lo vieron. Es decir, no era la unilateralidad de un discurso lo que no permitía ver lo que se decía en otro discurso, puesto que Locke, por ejemplo, como Filósofo y como agente de la corona británica producía ambos tipos de discursos. La pregunta entonces consistía en que no era el problema de la división en disciplinas lo que provocó el silencia respecto de la contradicción.

El único anclaje en texto que encontramos para ver si había alguna explicación desde Susan a esta objeción, consistía en que, al parecer, Susan está planteando, respecto de la división en disciplinas un problema contemporáneo y que la contradicción entre las ideas iluministas y su sustento económico no podía resolverse sin que el iluminismo hiciera alguna de estas dos cosas: uno, o se abandonaba el ideal político de la libertad de todo el género humano o, dos, se abandonaba el sistema económico de base esclavista (es decir el sustento material de las ideas iluministas). Sin embargo esta idea quedó en suspenso, no pudimos saldarla del todo.

Luego se nos presentó una duda bastante intransitable respecto de una nota (duda que no fue menor ni detallista sino que era muy pertinente porque sacaba a relucir el supuesto hegeliano del arsenal conceptual de Susan y que nos llamaba a la prudencia y a la certeza de que desconocemos profundamente el hegelianismo). La nota en cuestión es la nota 79 y que según la autora especifica cómo la revolución de los haitianos le permitió a Hegel salir de un enfoque economicista de la sociedad (sistema de necesidades) a un enfoque político («la fundación, a través de la lucha a muerte, de un Estado constitucional.») Es decir, puntualmente no entendíamos qué significaba la mala infinitud que menciona la nota y algunos otros conceptos de raigambre hegeliana. El modo que encontramos para darle una vuelta de tuerca a esto fue interpretar que lo que Susan podía estar diciendo acá iba por este lado: no se puede interpretar la sociabilidad como intercambio entre propietarios libres, porque una de las posesiones de estos propietarios era justamente otro hombre, que por definición es libre y «cuya experiencia no es sino la del trabajo». Es decir, la teoría política iluminista se veía ante la contradicción de que trataba a algunos hombres como «cosas». Parece ser, entonces, que los esclavos de Santo Domingo, al sublevarse, se ganan en la lucha el derecho a ser reconocidos como iguales y realizan lo que no podía realizar la teoría política iluminista. Igualmente el núcleo de esta nota nos pareció sumamente oscuro.

Ya no sé si aquí o antes o un poco después, poco importa igual, pero comenzamos a salir bastante del texto para ver qué nos decía respecto de uno de los puntos del programa, «crítica a la actitud universitaria», específicamente respecto de la «neutralidad moral de los discursos filosóficos». Aquí se dio una discusión parecida a la del plenario y con una proliferación rica pero apasionada de distintas posiciones respecto al modo de producción de conocimiento que hay en la academia. Tiro algunas cosas que se dijeron porque ya no pude anotar con mayor sistematicidad:

1) El texto parece una bajada de línea medio marxiana que compele a que, como universitarios, podamos dar cuenta de todas las opacidades que nos constituyen. Es decir, no se les puede pedir a Hobbes a Locke o a Rousseau que pudieran elaborar revolucionariamente sus contradicciones (aunque se reconocía también el papel del sacerdote Las Casas, del siglo XVII que reclamaba la abolición inmediata de la esclavitud). Que eso es desconocer que no se pueden esclarecer todas las opacidades que nos constituyen.

2) En cierto sentido, la postura de Susan puede prestarse a otro reclamo de tipo moral(ista) y que consiste en decir que un investigador que se dedica al problema de la sustancia en, por ejemplo, Marsilio Ficino (el ejemplo es mío porque no me acuerdo cuál fue el ejemplo que dimos en el grupo), o no aporta nada en términos políticos intelectuales o que directamente sanciona y legitima el orden establecido. Habría que desplazar esta crítica para entender que la práctica de este investigador y su aporte, consiste justamente en investigar esta idea que alguien puede retomar en el futuro.

3) En contrapunto había otra(as) posturas que señalaban que Susan no estaba señalando zonas de opacidad ontológicas, sino algunas cuestiones precisas de la producción actual actual, como ser la división en disciplinas, y que era peligroso reconocer toda opacidad como infranqueable. En esta misma línea se dijo que la discusión que proponía Susan iba en torno a pensar la estructura académica actual y que servía para analizar que posibilidades existían para pensar o construir otro tipo de estructura (en caso de que consideráramos esta estructura académica como deficiente).

4) Se pensó mucho en cómo se podía tomar el concepto de libertad y de esclavitud. En alguna parte del libro se citaba a Hegel diciendo que el desarrollo de toda la figura amo-esclavo tendía a la superación de toda esclavitud. Aquí la pregunta era, si Hegel está diciendo que la superación de esta figura debiera conducir al reino de la libertad, debemos analizar qué significa esto. Es decir, ausencia de toda determinación, libertad absoluta, etc.; es decir hay que precisar qué concepto de libertad se está manejando.

5) Otra postura decía que lo interesante de Susan era que permitía pensar nuestras propias condiciones de producción, es decir, cuáles son las determinaciones que nos constituyen como estudiantes, docentes o investigadores de la facultad. Se trajo a colación en ejemplo del plenario acerca de los docentes ad-honorem de la facultad. Aquí se produjo otro contrapunto en torno a que no se podía traer la dialéctica del amo y el esclavo a un modo de producción distinto, y que en todo caso se debía precisar de nuevo cosas como quién es dueño o quién explota el trabajo ad-honorem.

6) Sobre el final otra vez nos asaltó el problema entre teoría y praxis. Es decir, cuál es la tarea del intelectual o si el quehacer actual de la universidad no era ya un modo de práctica específico. Algunos/as decían que sí, que la tarea de un intelectual era hacer lo que en cierta medida ya hace, es decir, por ejemplo, investigar, sea en temas relacionadas a la política o no. Otras posturas decían que era cierto que la investigación académica ya es una práctica pero que justamente es una práctica académico-política que produce una especie de profilaxis respecto del pasado (en referencia a lo que denunciaba Susan). Se dijo en este sentido que podíamos pensar una relación entre teoría y práctica no a partir de la separación sino en una cierta unidad y que se debía ver en todo caso cuál es la práctica específica que ya posee la actividad intelectual. A esto Luis Carlos (Luis te nombro porque la intervención me parece que es más profundo de lo que voy a reponer acá, así que, si te parece meté mano en esto) decía que esta postura reflejaba justamente la operación que realiza la academia y que deja de lado los problemas políticos del pasado para lanzarse a la supuesta problematización de un presente aislado del su procedencia histórica. Se retomó en este punto la intervención de Eduardo Glavich sobre el tema de la separación como caracterización de nuestra situación en la academia, pero como todos/as habíamos entendido cosas diferentes de esa intervención la dejamos en suspenso para preguntarle a Eduardo qué diablos quiso decir.

Finalmente la discusión ya estaba lo suficientemente apasionada como para que habláramos unos encima de los otros. Lo único que recuerdo es una intervención de Luis Carlos sobre el carácter teológico del concepto de libertad que maneja Susan. Al final del libro la autora dice algo así como que habría que tomar cada acto de libertad como instantes de la realización del espíritu absoluto.

II° Encuentro (II)

Este es el resumen de lo debatido en otro de los grupos el 14/8.


Textos:

-F. Chatelet, El problema de la historia de la filosofía hoy en día

-Estudiantes de la carrera de filosofía, La carrera de filosofía y sus tares de legitimación.

Del texto de Chatelet vimos que había una critica a lo escolarizante -critica a los manuales.

Critica a una forma determinada de hacer filosofía, una filosofía apolítica.

Siempre hay un vinculo con la política. El discurso filosófico crea un discurso político. En ese sentido, vimos como Chatelet estaría criticando la tesis XI sobre Feuerbach de Marx porque siempre, todos los filósofos han intervenido sobre la realidad, nadie se ha dedicado solamente a interpretarlo.

También vimos que había una critica a una forma de estudiar la historia de la filosofía. ¿Cuál es la importancia del rol del pasado? Discutimos esta idea de hacer que los conceptos del pasado nos sirvan para pensarnos a nosotros ahora. Y eso es lo que discutimos la mayor parte del encuentro.

Discutimos bastante sobre el rol del filosofo: el filosofo como un político activo? Cuál es su rol? Tomamos como ejemplos la dictadura y el 21 de diciembre. ¿ Estaban/ mos los filósofos aislados de la realidad en ese momento? Se puede estar aislado? Cuales son las responsabilidades y las limitaciones del filosofo? Hablando de la dictadura, ¿Era lo mismo callar que apoyar explícitamente a los militares? Hablamos del miedo como un factor a la hora de activar. ¿Hasta donde uno puede ser consecuente?

Discutimos sobre las diferentes formas de hacer política. Ir a una marcha, dar clase, escribir, etc. Es necesario “estar siempre en la calle” o se puede activar desde otro lado? Muchos tenían la sensación de que a veces era muy difícil hacer algo, transformar algo. Y discutimos sobre pequeñas formas en las que uno puede transformar la realidad, aun con pequeñas cosas.

Discutiendo sobre el rol del filosofo, nos preguntamos si debía haber una coherencia entre lo dicho, los escritos del filosofo / a y sus acciones, lo hecho. Para algunos eso podía ser un ideal regulativo. Y también dijimos que aunque haya una coherencia entre teoría y praxis aun así, podíamos no coincidir en nada con su teoría / praxis.

A raíz de esto nos preguntamos que nos gustaría hacer a nosotros, que nos gustaría hacer de nuestra practica? “Por algo estamos acá”. La pregunta era: ¿Cómo somos filósofos comprometidos? Retomando lo anterior, nos preguntábamos cómo “activar”: ¿Yendo a una marcha? ¿Saludando al colectivero? ¿Cursando un seminario autogestionado? ¿Todo junto?

martes, 21 de agosto de 2007

II° Encuentro

(Este es el resumen de uno de los 10 grupos que trabajó durante la primer parte del 2do encuentro del seminario)

Comenzamos haciendo un comentario del texto de Chatelet (que fue, de los dos, texto que se había leído mayoritariamente). Lo primero que salió fueron dos cosas: la primera es que el texto para aquellos/as que decían no venir de Filosofía, se les hizo complicado la comprensión del artículo. La otra cuestión que apareció fue la impresión de que el texto no parecía sostener una propuesta concreta, que servía para problematizar pero que no se entendía bien a dónde iba. A algunos otros y otras sí les parecía que el texto tenía una propuesta clara y que iba por el lado de concebir una historia de la Filosofía en clave materialista histórica.
Después de estos comentarios pasamos un poco a analizar el texto mismo, a partir de la pregunta que recorre el texto: indagar cuál es el sentido que le podemos dar a los autores del pasado. Aclaración necesaria: en consonancia con la intención de la unidad introductoria no seguimos el texto detalladamente sino que fuimos abordando el texto tanto desde el punteo que figura en el programa como de los comentarios que podíamos hacer nosotros/as mismos/as en torno a las problemáticas planteadas. Específicamente abordamos el segundo punto de la unidad introductoria: Crítica a la «actitud universitaria».
Lo primero que salió fue decir que, si bien el texto quedaba abierto respecto de una propuesta específica, sí presentaba una crítica radical respecto de la producción universitaria en torno al modo en que se relaciona la academia con el pasado: eclecticismo, eternismo o progresismo. Se señaló también que en la producción académica hay una manifiesta exclusión de la materialidad. En este sentido la academia negaría su sustrato material. Entre otras cosas se señaló la falta de consideración por parte de la organización académica a la situación laboral y que la UBA en particular pretendía un desempeño como si fuera materialmente europea. Acá se dio toda una discusión respecto a qué llamábamos materialidad. Es decir, si es solamente en referencia a cuestiones estrictamente económicas o si refería a cuestiones un poco más amplias. Hicimos una referencia al texto de Chatelet en este sentido, cuando se precisa que con materialidad se refiere no solamente a las cuestiones económicas, sino también a las relaciones sociales, naturales y simbólicas que se establecen en un determinado campo. En todo caso, habría que ver cuáles son las condiciones materiales (en este sentido que le da Chatelet) en que se produce conocimiento en la academia. En concreto, nos preguntábamos si los problemas de la academia son exclusivamente económicos o no. Si con un mero aumento presupuestario está todo solucionado o si hay problemas que no son exclusivamente presupuestarios.
En torno a esta indagación sobre las condiciones materiales generales en que producimos conocimiento, se hizo una referencia, más bien una contraposición entre la apuesta del seminario y el modo en que solemos cursar. La idea consistía en que en este seminario nos estamos relacionando desde nuestra propia materialidad, es decir como gente que habita un espacio en común y no solamente como meros profesionales aislados de nuestra cotidianeidad. Se señaló también que el modo en que nos relacionamos en las cursadas tiene un fuerte sesgo de competencia, cuestión que no solamente se ve entre docentes que compiten por cargos y acumulación de valores simbólicos, sino que también esta competencia se reflejaba en los/as estudiantes. Se señaló también el marcado tinte clasista de la academia (no todos/as accedemos a los saberes que produce la universidad y en ese sentido ya se instala una diferencia de saber respecto de lo que sucede fuera de la academia). A esto se respondía que la Filosofía tenía que ser algo más que mera sed de saber.
En este punto ya la pregunta que nos hacíamos era más amplia. A la indagación de cuáles eran nuestras condiciones materiales actuales en la academia, se agregó cuál era nuestro vínculo con la sociedad. En este sentido, dos compañeras de Antropo señalaron la inexistencia del trabajo de campo en la carrera. Otras preguntas iban orientadas a cuál era nuestro vínculo con la sociedad, si de mera concientización o si quedaba alguna otra alternativa. Y en el caso de Filosofía en particular, qué significaba la Filosofía práctica.
En este punto surgió la idea de que había que evitar el encierro. Pero inmediatamente se señaló que esta idea de salida implicaba dejar en pleno funcionamiento el dispositivo académico, que de esta manera no se producía ningún tipo de ruptura. En esta última línea se sostenía también que había que tener cuidado con esta separación que se hacía entre el adentro y el afuera. Recuperando un poco algunas cosas que se decían en el cuadernillo La carrera de Filosofía y sus tareas de legitimación, se dijo que, después de todo lo que producía subjetivamente la universidad no era algo tan distinto de lo que se produce en el resto del ámbito social. En este sentido, la academia sí es útil a la sociedad y que el tema no sea, tal vez, el de establecer el vínculo sino el de transformar la relación que se establece entre la academia y la sociedad. Es decir, la mediación entre la academia y la sociedad sería la de proveer profesionales altamente formados que van a competir en el mercado laboral y que esto sería lo que habría que transformar.
Acá se produjo un contrapunto interesante, porque algunas/os decían que sí había distancia entre la academia y el afuera, y que no era lo mismo habitar la academia que dar clase en sindicatos o bachilleratos. Otra intervención afirmaba que el hecho de dar clase o de participar políticamente de espacios extra-académicos, justamente, lo que evidenciaba o lo que permitía pensar era el velo que suele interponer la academia entre la política y su quehacer específico. Es decir, estas intervenciones por fuera de la facultad permitían pensar que la academia siempre hace política solo que encubre esta actividad a través del discurso academizante. Y que acá se encuentra la ruptura, cuando es posible derribar el velo que la academia teje sobre cualquier horizonte político de nuestra actividad académica.
Un compañero propuso un texto de Heidegger para pensar algunas de estas cuestiones. Parece que en este texto Heidegger analiza lo que llama el fin de la Filosofía a manos de la ultra especialización del conocimiento y cómo con el advenimiento absoluto de la técnica la filosofía se trasforma en mero intercambio de información. Según Heidegger se produjo una diversificación de la filosofía en técnicas científicas que imposibilitan todo pensamiento. Otro compañero aventuró la idea de que era necesario producir otra estructura académica que nos sea útil de acuerdo a nuestras propias condiciones materiales. A esta altura y en consonancia con las últimas intervenciones, se propuso que un modo de intervenir políticamente en el modo en que se produce conocimiento en la academia es modificar la lógica de cursada, signada por la organización claustral, feudo catedralicio mediante, la diferencia tajante entre docentes que saben y alumnos que escuchan, etc. Acá hubo otro contrapunto. Otra compañera decía que había ciertos problemas que excedían a la facultad, problemas de financiamiento, etc. y que la alternativa era adaptar a la academia a las necesidades sociales. Se afirmaba también que una modificación tajante de la estructura universitaria podía llevar al desnivelamiento del rendimiento académico. Por otra parte se decía también que no se le podía pedir peras al olmo, es decir, no se le puede pedir a la academia que produzca otra cosa que lo que produce, que esa es justamente su especificidad. A esto se respondía que la estructura académica también la hacemos nosotros/as, y que no podemos ver a la academia como algo externo a nosotros/as mismas/os.
Por último se dijo que había que analizar qué produce la academia y que había que tener mucho cuidado con la dicotomía academia/contra academia porque podía tender a naturalizar una estructura que sostenemos entre todos y todas.

martes, 7 de agosto de 2007

Planificación de los encuentros

Unidad I

encuentro (7 de agosto)

Primera parte (2 horas aprox.): Presentación del seminario y relato de la experiencia de producción del mismo. Presentación del programa y de las dinámicas propuestas.

Segunda parte (2 horas aprox.): Puesta en común de las inquietudes de las/os estudiantes y discusión colectiva.

IIº encuentro (14 de agosto)

Primera parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos a partir de la bibliografía específica: «El Problema de la Filosofía hoy día» y La carrera de Filosofía y sus tareas de legitimación (ver Programa).

Segunda parte (2 horas aprox.): Plenario general para la puesta en común de lo discutido en los grupos.

IIIº encuentro (21 de agosto)

Primera parte (2 horas aprox.): Plenario general para la breve exposición/presentación, a cargo de un grupo, bibliografía específica: Hegel y Haití (ver Programa).

Segunda parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos: se trabajará el texto propuesto teniendo en cuenta lo discutido durante el plenario general.

IVº encuentro (28 de agosto)

Primera parte (2 horas aprox.): Plenario general para la recapitulación de la primera unidad del programa («Dialéctica entre los procesos inmateriales y los procesos materiales»); discusión y autoevaluación colectivas del funcionamiento del seminario hasta el momento.

Segunda parte (2 horas aprox.): Plenario general para la introducción a la segunda unidad del programa («Dialéctica del Espíritu»); introducción a la dialéctica; propuesta de lectura para el encuentro siguiente.

Unidad II

encuentro (4 de septiembre)

Primera parte (2 horas aprox.): Plenario general para continuar el trabajo comenzado al final del encuentro anterior, pero esta vez a partir de la lectura previa de la selección propuesta de la Fenomenología del Espíritu de G. W. F. Hegel.

Segunda parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos con el mismo texto teniendo en cuenta lo discutido durante el plenario general.

VIº encuentro (11 de septiembre)

Primera parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos con la bibliografía propuesta teniendo en cuenta los ejes que figuran en el programa.

Segunda parte (2 horas aprox.): Plenario general para continuar trabajando la bibliografía propuesta, ahora teniendo en cuenta también lo discutido en los grupos. Posible aproximación a Principios de la Filosofía del derecho.


VIIº encuentro (18 de septiembre)

Primera parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos con la bibliografía propuesta tendiendo en cuenta los ejes que figuran en el programa.

Segunda parte (2 horas aprox.): Plenario general para realizar el cierre de la segunda unidad («Dialéctica del Espíritu»). Se presentarán los ejes que guiarán el trabajo con la bibliografía de la tercera unidad («Inversión de la dialéctica»). Se propondrá la formación de tres grupos por afinidad temático-bibliográfica de la manera siguiente:

Grupo 1: se centrará en la sub-unidad La ‹inversión› de la dialéctica y trabajará especialmente con La esencia del cristianismo y Ludwig Feuerbach y el fin de la Filosofía clásica alemana (ver Programa).

Grupo 2: se centrará en las sub-unidades Alienación y El concepto de ‹Superación› (Aufhebung) y trabajará especialmente con Manuscritos económico- filosóficos de 1844 (ver Programa).

Grupo 3: se centrará en la sub-unidad Teoría y Praxis. Qué organización para qué sociedad y trabajará especialmente con la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel (ver Programa).

Cada grupo se conformará según los intereses de las/os participantes del seminario, de manera tal que para el siguiente encuentro cada participante debería tener leída la bibliografía correspondiente al grupo escogido.

Unidad III

VIIIº encuentro (25 de septiembre)

Primera parte (1 hora aprox.): Plenario general para la discusión y la autoevaluación colectivas del funcionamiento del seminario hasta el momento.

Segunda parte (3 horas aprox.): Trabajo en grupos por afinidad temático-bibliográfica. El trabajo de cada grupo consistirá en elaborar una breve exposición que servirá para presentar la sub-unidad que le corresponda al resto de las/os participantes del seminario, en los encuentros subsiguientes, según la planificación que está propuesta y que está, también, sujeta a consideración colectiva. De este modo, habría un grupo dedicado al trabajo con cada sub-unidad. Pero, además, como todas/os las/os participantes del seminario deberemos ir leyendo la bibliografía correspondiente para cada encuentro subsiguiente, aspiramos a que todas/os hayamos leído todo (lo que elijamos trabajar especialmente y lo que elijan trabajar especialmente las/os demás) al concluir esta tercera unidad.

IXº encuentro (2 de octubre)

Primera parte (2 horas aprox.): Plenario general para la presentación a cargo del Grupo 1.

Segunda parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos en torno a la sub-unidad temático-bibliográfica presentada y discutida durante el plenario general.

X º encuentro (9 de octubre)

Primera parte (2 horas aprox.): Plenario general para la presentación a cargo del Grupo 2.

Segunda parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos en torno a la sub-unidad temático-bibliográfica presentada y discutida durante el plenario general.

XIº encuentro (16 de octubre)

Primera parte (2 horas aprox.): Plenario general para la presentación a cargo del Grupo 3.

Segunda parte (2 horas aprox.): Plenario general para el cierre y la recapitulación de las unidades primera («Dialéctica entre los procesos inmateriales y los procesos materiales»), segunda («Dialéctica del Espíritu») y tercera («Inversión de la dialéctica»). Propuesta para la formación de grupos por afinidad temático-bibliográfica a propósito de la cuarta unidad («Crítica de la dialéctica y transmutación de los valores»). Los grupos conformados trabajarán durante las semanas siguientes los textos y ejes elegidos, para presentarlos en plenarios, de manera similar al trabajo de unidad anterior.


Unidad IV

XIIº encuentro (23 de octubre)

Primera parte (2 horas aprox.): Plenario general: presentación, a cargo de uno o más grupos, de los textos «Los prejuicios filosóficos» y «Nietzsche, la genealogía, la historia» (ver Programa).

Segunda parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos, a partir de lo discutido en el plenario, tratando de rastrear el primero de los ejes propuestos: Crítica a la Historia de la filosofía.

XIIIº encuentro (30 de octubre)

Primera parte (2 horas aprox.): Plenario general: presentación, por parte de un grupo, de La genealogía de la moral (ver Programa).

Segunda parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos: se trabajará el texto expuesto tratando de rastrear el segundo de los ejes propuestos: La comunidad y sus valores.

XIVº encuentro (6 de noviembre)

Primera parte (2 horas aprox.): Trabajo en grupos con «Nosotros los doctos».

Segunda parte (2 horas aprox.): Plenario y recapitulación de la unidad I.

XVº encuentro (13 de noviembre)

Este encuentro queda libre por si algún hecho imprevisible impone el corrimiento de este cronograma. Las clases finalizan el 17 de noviembre.

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